LOS INCAS, RAÚL PORRAS BARRENECHEA Y CAJAMARCA | Por Daniel Sáenz More
.:. lunes, septiembre 28, 2015
El
27 de septiembre, con motivo del 55 aniversario de la muerte del gran
historiador, diplomático i político peruano don Raúl Porras Barrenechea
(1897-1960), recordamos que este gran maestro de generaciones estuvo
emparentado por el lado paterno con los Porras i Osores de Cajamarca (su abuelo
Melitón Porras -¿cajamarquino?- fue alcalde de Lima en 1880) i mantuvo amistad
con brillantes intelectuales cajamarquinos como Guillermo Luna Cartland
(1895-1972), hijo del sanramonino Germán Luna Iglesias (prefecto de Cajamarca
en 1911 i presidente del Senado en 1922), con quien participó en las reuniones
para la reincorporación de Tacna a la Patria en la época de Leguía.
Como
diplomático, Porras defendió a Cuba en la OEA durante el bloqueo yanqui (lo que
le costó el puesto). Pero son sus escritos sobre el encuentro de Cajamarca los
que quiero resaltar en esta nota, Porras afirma que "La derrota en
Cajamarca no se explica simplemente por el arrojo de los españoles ni por el
miedo de los indios. Tampoco se explica por los factores sobrehumanos alegados
por ambas partes: ni el milagro del apóstol Santiago ayudando con su espada
formidable a los españoles, ni la profecía de Huayna Cápac de que habla
Garcilaso sobre la próxima terminación del Imperio y venida de unos hombres
blancos y barbudos, a los que debían obedecer (...) Tampoco fueron los
elementos materiales: las armas y los caballos de los españoles. Es cierto que
infundían espanto los arcabuces y las cargas de caballería, pero la
superioridad de armas españolas estaba compensada en la enorme superioridad
numérica de los indios y el espanto primitivo causado por los caballos
desapareció pronto. Los indios trataban de evitar a éstos eludiendo los llanos,
combatiendo en las breñas, abriendo hoyos en los campos para que se
despernancaran los equinos. En el sitio de Cuzco varios indios se cogían de las
colas de los caballos impidiéndoles caminar. (...) En realidad el Imperio
Incaico empezaba a derrumbarse solo. Era un organismo caduco y viciado, que
tenía en su enormidad territorial el más activo germen de disolución. (...) Con
Huayna Cápac se inició la decadencia. Huayna Cápac era aún un gran conquistador
como su padre y abuelo, pero en él se presentan y se afirman ya los síntomas de
una corrupción. La conquista de Quito es la pérdida del Tahuantinsuyo. (...)
Cuzqueños y quiteños no formaban ya una sola nación, eran extranjeros y
enemigos. (...) El olvido o desdén por las tradiciones incaicas llega, en este
proceso de disolución, hasta la profanación. Atahualpa allana la huaca de
Huamachuco que le presagia mal fin, derriba al ídolo y decapita al sacerdote.
Huáscar desdeñaba las momias de sus antepasados, según Pedro Pizarro; y Santa
Cruz Pachacuti le acusa de haber autorizado la violación de las vírgenes del
Sol. Quisquis y Calcuchima realizan, aun, el mayor desacato concebible a la
majestad de los Incas: la momia de Túpac Inka Yupanki fue extraída de su
palacio, donde era reverenciada, y quemada públicamente. Pero, la nota más
característica de este desquiciamiento, que perfila ya el desprestigio de la
autoridad y el desborde sacrílego, es la acentuación de la crueldad. Atahualpa
escarmienta ferozmente a los cañaris, haciendo abrir el vientre a las mujeres
en cinta, y dar muerte a sus hijos." (Tomado de: La caída del Imperio
Incaico, por RPB, 1935).
Como
mencionamos al principio, en esta fecha también recordamos la amistad del
maestro Raúl Porras con un gran intelectual cajamarquino, el poeta Guillermo
Luna Cartland (1895-1972), quien participó de sus tertulias i debates en los
años de la Reforma Universitaria en las aulas de la Universidad de San Marcos,
en cuyos claustros fundaron ambos la revista Alma Latina en 1915. Allí también
se encontraría con el historiador Jorge Guillermo Leguía (1898-1935),
presidente de la Federación Universitaria de San Marcos e hijo del gran
historiador lambayecano Germán Leguía i Martínez (quien estudió en el colegio
San Ramón de nuestra ciudad i dirigió los combativos periódicos Juventud i La
Locomotora antes de la guerra del Pacífico). La de Porras era la generación del
Centenario, con nombres como Jorge Basadre, Guillermo Luna i Luis Alberto
Sánchez, entre otros. Porras también conoció al mítico comandante Julio C. Guerrero,
el militar cajamarquino que fue secretario del mariscal Cáceres i el autor de
la idea de convertir al Perú en una serie de estados federales. Va, por estos
motivos, un homenaje al maestro Porras i al recuerdo de sus amistades
cajamarquinas.
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