*Selección de Paúl Mendoza Malaver
NAVE
Desaparezco ante
los ojos del asombro, a veces he dejado
aureolas,
posiblemente observarán después
siluetas.
Para decirlo de
alguna manera mis coordenadas son otras.
Partiendo de
velocidad cero no tengo distancias,
Este universo es
un prisma
en cuyas aristas
me muevo, partiendo de C
a C1, C3,
vertiginosamente,
y así
sucesivamente puedo ir hasta C12.
Aquellos que me
construyeron
conocen tan sólo
12 dimensiones.
Y así mis
conceptos de distancia empiezan a cambiar,
traduzco la
velocidad
en otros ejes
La
bellísima sílfide cierra los ojos
Sus
enormes pestañas
Son
una escultura viviente;
Evocadora
sonrisa dibujan sus labios.
Las
gotas de su cántaro
Son
lluvia de música y cristal…
Pero ahora nos
hemos transportado al mundo elemental
superior,
Jano deja oír
su carcajada,
Y es la hora de
volver a casa
MITOLOGÍA
Han reinado las
tinieblas indefinidamente
Y tú, Viracocha,
divinidad elemental,
Has creado los
primeros soles,
Has esculpido
razas de gigantes pétreos
que
se han marchado.
A las figurillas
de arcilla
en el País de
los Hombres-Pájaros
Les infundías
vida.
Y allí han
quedado muchos de ellos,
Aún no termina
su escultura
de
roca volcánica…
Y herramientas
de piedra por millares
De repente
abandonadas…
¿Qué te hizo
cambiar de planes, Viracocha?
Descendiste del
Cielo con tus seres de luz
sideral,
Te fuiste por el
mar
prometiendo
algún día
regresar.
LLEGAR
Pisar un lucero.
Silencio.
Silencio. Silencio.
Lejano y cercano
el rugido del viento,
sus
olas;
Enormes
planicies, enormes, enormes.
Después
los destellos,
internos
/ externos,
un
raro sentido del tiempo,
una
rara especie de descubrimiento.
Inmensidad,
ausencia de todo
y de nada,
añoranza nueva,
rumor que va
creciendo entre rumor de voces
sin
espacio,
sin
presencia,
y
sin embargo claras.
Pero siempre
allá las grandes planicies,
detrás de una
grandeza
hay otra
grandeza.
Pisar
un
lucero.
descubrir
una
aurora,
llorar la
terrible inmensidad
del anochecer.
POR AHORA
El misterio que dejamos
en torno a nuestra existencia
permanecerá en la
sombra.
No queremos adhesión a
nuestras ideas,
vuestras formas de
pensar son suficientes,
como que existen
hombres
de los cuales nosotros
mismos
tenemos que aprender
y aprehender.
“La cultura de una Red
Social,
no puede en un estado
de desarrollo armónico
violarse profundamente
con la inserción de
injertos
intelectuales foráneos,
sin grandes extorsiones
en su seno”
No queremos adhesiones
para nada.
Cada estrella tiene su
propia evolución
y revoluciones en torno
a su sol.
Y huimos del dintel, de
cualquier rol perseguidor,
víctima, o salvador.
Una línea de adhesión
hacia nosotros
los podría sumergir en
laberintos de angustia.
espejos falsos de
choque,
destellos de muerte,
utopías
DEBO RESPETAR
FIELMENTE
Debo respetar fielmente
mi propia evolución,
la propia evolución de
las gentes;
Debo respetar fielmente
mis ideales y leyes
aborígenes.
Debo respetar fielmente
el hecho de que mis
hermanos
piensen un tanto o
mucho
diferente.
Su diferencia, mi
diferencia
su posible indiferencia
y la mía
todo su mundo y el mío
otorgan riqueza al
mundo.
Debo respetar fielmente
las creencias de los
demás
al fin y al cabo,
solamente son
creencias,
relativas como la vida.
Debo respetar la raza,
el color,
las formas, todo
egregor.
Y si quiero corregir
errores
aprenderé a hacerlo
con muy suave
disuasión,
Debo respetar fielmente
tu mañana, tu tarde, tu
noche,
tu día,
todos los días que estamos
juntos
o separados,
tus deslices
y los míos.
Debo respetar
fielmente
tu vida,
mi vida,
la vida
***
Víctor
Ricardo Ravines Mondoñedo (Cajamarca, 1949-2005). El Pato Ravines, como era conocido, fue
profesor de Lengua y literatura, Filosofía y Ciencias Sociales. Publicó “Aquí y
ahora” (1982) y “Expedición a la Tierra” (1991). Desde 1968 hasta el 2005,
dirigió el programa radial “Hora seis”, probablemente el primero en difundir,
en Cajamarca, un ranking del mejor rock.
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