Su poesía se cubre de
ropaje romántico, sus versos se elevan para brillar en el cielo de la emoción
universal. Hay en Juvenal Vilela una manera nueva de sentir la ausencia.
Inundado de romanticismo convierte el beso en un acto que se reitera con pasión
en casi todos sus poemas. El silencio del amor intensifica su sentimiento.
Luzmán
Salas
POEMA I
Si me vieras,
si con tus ojos
me vieras
volver a ti
no siendo el de
ayer,
con la mochila
llena
de un azul desgastado,
con la barba
crecida
y la sal del mar
en los ojos.
Pero te fuiste
y solo me quedé
con la mano
levantada,
con los boletos
vencidos
en esta esquina
paralela
donde son las
gaviotas mensajeras
de noticias que
no son tuyas.
En cambio
olvidaste
dejarme notas de
cocina
para el menú de
cereales,
un poco de piel
en tu mitad de
la alfombra.
Olvidaste como
muy pocas veces
tus palabras,
tus gritos,
tus silencios…
MORIR EN EL
INTENTO
La primera vez
que soñé con volar,
fue la mañana en
que mi madre
botonaba mi
camisa a cuadros,
y sentado en la
silla de la quinta fila
tuve mi primera
cita de clases
con la maestra
de la escuela.
La segunda de
vez que soñé con volar,
fue una noche de
Navidad
justo antes de
cumplir los 9,
y quemando luces
de bengala
como la estrella
más cercana
conocí la
sonrisa de Ariana.
La tercera vez
que soñé con volar,
fue una tarde
en que sobre la
mecedora
y con la espera
de un niño
decidí con el
Control remoto en la mano
ponerle Play…
a tanta pausa en
el corazón.
La última vez que
soñé con volar
fue cuando
quebré una de tus alas
por abrazarte
tanto
para que no te
fueras.
Y fue así que,
después de haber
librado
misiones
secretas
en mi cometa
nocturna, a la luna
volví como
Avatar
a la edad que
tengo,
con la sonrisa
de nuestra cita
aún no cumplida;
llegué graduado
de piloto atmosférico
queriendo librar
batalla
con algoritmos y
relojes matemáticos
que calculen los
aviones de papel
que aterricé
forzosamente
en los patios y
azoteas,
antes de perder
la cuenta
de mis saltos al
volar…
LA TARDE
Tarde de
garbanzos en el plato
y ensalada de
col
en la blanca
loza.
Tarde de
carritos de madera,
de aviones y
barcos de papel
en el balcón.
Tarde de una
mañana
en que volvimos
a jugar
con tarros de
leche
y pelotas de
trapo
en el patio.
Tarde de una
mañana
al final del
día,
en que mi verso
fue sueño de
papel
en la
servilleta,
la receta
amasada
en el tiesto de
mamá.
Juvenal
Vilela Velásquez (Cajamarca, 1979). Escritor y poeta
celendino. Estudió en la Universidad Nacional de Cajamarca. Obtuvo la primera
mención honrosa en el Concurso Internacional de Poesía Patio Azul - 2002 organizado por el Instituto Nacional de Cultura y Antares, además de la Pluma
de Oro y la Pluma de Plata en los Juegos Florales Aristidianos (Celendín, 2003
y 2005, respectivamente). Destacan sus obras: El lado azul de la luna (2004), Danza
de mariposas (2006), Una semana en seis días (2006) y Razones para llamarte
Soledad (2010). Tras el verde de todas las palabras (2014) es su libro inédito.
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