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FAUSTA
Ella celebra un funeral
y no sé quién ha muerto
si yo dentro de ella
o ella dentro de mí.

A veces sonríe
con la mirada extraviada le ofrezco una flor blanca
las palabras se hacen nada en el vacío de su nombre
su nombre que a veces dice tanto,  queda descalzo.

Corazón encendido de dolor
piernas cercenadas
¿Quién eres tú?
tú serías todo si quisieras
pero en mí eres la entelequia que atesta
la espada que me amortaja.

Ombligo mío
prescíndeme de la lista
borra mi nombre del registro
cordón hecho cadenas 
auséntame de tus penas.

Mujer
me das la espalda como queriéndome olvidar
pero algún grito de madre pariendo te traslada hacia mí
¿acaso algo falta cuando ya no anido en tu trenza?
que escucho tu voz indagando por mi sombra
acertijo crucificado
Tierra que no codicio

Sólo te siento cuando agobias mi corazón
cuando lo tomas y haces de él un limo de tristeza
cuando estrujas mi sangre y la empalideces
porque de tanta desolación que milita en tu recuerdo
de pronto estalla el olvido

Llevo noches cubierta de fuego y agua de azahar
porque los recuerdos que detonaron en la hoguera del olvido
regresan certeros
como pedradas en la frente
entrañas sacudidas sin piedad
que nos hacen concluir
allí las dos juntas
de espaldas
en el sepulcro.


BAJO CERO
Impregnada queda
la desolación de estar bajo cero
días en que me pongo el traje al revés
y resbalo con la cáscara del que me antecede
la otra parte sonríe
goza
impotente solo miro
con lágrima de río.

Días en que sobro en todas partes
se está demás en la tierra infinita
los huesos estorban
toco una puerta
y no puedo entrar por el techo,
ni  un agujero alcanzo.

Días infectados de lepra
pero ni los leprosos llaman
abran  un poco del espacio
sólo una silla donde sentarse
un rincón donde dormir
un cajón donde cruzar los huesos
la renta
el tributo
la ofrenda
son pedradas que de arriba caen
lapidan
es castigo por osar existir
por acompasar el cortejo de la respiración.

Busco el bolsillo y quedo manca
el frío
el frío
el frío me cala
en el fondo no hay sitio
anudarse la garganta fuerte
muy fuerte.


ENTREMISPIERNAS
A mi perro
Sospecha que soy la puta de Caylloma
una hora antes
cien falos expiraron en mi pubis
imagina que todos los hombres se complacieron entremispiernas
y gocé orgasmos con las  mestizas, las blancas y las negras

“Apresúrate, tocan la puerta”
la cola es larga, y el papel higiénico caro
otro hombre con urgencias de mono
jadeante como perro
deambula su mirada al compás del chirriante vaivén de la portezuela
-como tú -
que recorres con esa lengua versada
el botón rojo que palpita yuxtapuesto al tatuaje

Me nace el talento de la puta de Caylloma
en Lima hace frío pero  la putería lo calienta todo
el lunar de mi pecho  contabiliza los minutos
que circulan como cuerdas
en la habitación de paredes de papel
hay un hombre y otra mujer que gimen
buscamos un agujero donde filmar
a la salivada Eva engarzada al macho.

Y sin dolo, como diría el juez
que se abanica con billetes coimeros en el Parque Universitario
terminamos sentados en la última banca de La Merced
agradecemos  por  volver a ondear  los faroles de Quilca
de paso prometo ya no sentir cosquilleos en el capullo
-que presiono para amordazarlo-
“Padre nuestro que estás en mi cielo...”
el murmura “puta”
incrusto mi lengua en el orificio de su oído y  le susurro “perro”
Mientras la virgen nos sonríe.


HILVANAR PASOS
Tengo una manera callada de existir
un hálito de aire para respirar
silenciosa manera de hilvanar pasos
como no queriendo
animar el fuego atroz de este mundo,
estoy en la esquina del ataúd
acariciando mi seco hueso
donde el tiempo a cada segundo carcome mi piel,
prefiero el  silencio a su voz
puede escuchar la hiena
y reclamar mi alma
los buitres olerme
y habitar mi sien .

Quiero la noche más oscura
no tomaré el pan que no merezco
ni besaré tus labios pidiendo perdón por ello
puede al fin sucumbir el sol en su abismo
agonizar la noche en su eternidad
igual mi casa permanecerá como un panteón
sembrado de túmulos lúgubres
de difuntos sin nombre
que nadie tiene ya el recuerdo
no tienen velas
ni oración maldita
ni corona roja en su día.

Mi cuerpo es un cementerio
de muralla de piedra
lapidas de puta Magdalena;
los muertos se cobijan en mi
hay muchas tumbas subyacentes
que se escapan por mis dedos
en la mirada
en una noche contigo
que terminamos oliendo
a fétido mortuorio.

***
Zoila Capristán (Cajamarca) estudió Ciencias Contables y Financieras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Derecho. “Bajo cero” (Vagón Azul Editores, 2010) es su ópera prima. En 2013 codirigió el documental “Leoncio Bueno: Entre el Fusil y las Rosas”.


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